01 -
En una cacerola pequeña pon a derretir la mantequilla a fuego medio. Añade el azúcar moreno junto con el jarabe y remueve hasta que la mezcla quede homogénea y el azúcar esté disuelto. Vierte esta mezcla en una fuente para horno de 23 x 33 cm y espárcela uniformemente.
02 -
Coloca las rodajas de pan sobre la base de caramelo en una sola capa. Si es necesario, superpon un poco las rebanadas para que entren todas.
03 -
En un cuenco grande bate bien los huevos con la nata, la vainilla, el licor si decides usarlo, y una pizca de sal. Echa esta mezcla sobre las rodajas de pan, asegurándote de que queden bien empapadas.
04 -
Cubre la fuente con papel film o aluminio y déjalo en la nevera toda la noche. Esto ayuda a que el pan absorba todo el líquido, intensificando tanto sabor como textura.
05 -
Enciende el horno a 175°C. Antes de hornear, deja la fuente a temperatura ambiente unos 20 minutos. Hornea sin tapar durante 40-45 minutos, o hasta que esté dorado y esponjoso. Espera unos minutos antes de servir para no quemarte.