01 -
Mete las galletas (sin el relleno) en un procesador de alimentos. Ponlo a trabajar hasta que se hagan migas bien finas.
02 -
Vierte 3 cucharadas de leche en el procesador y mezcla hasta que se arme una masa compacta.
03 -
Extiende un plástico sobre la mesa. Coloca la masa de galletas encima y aplánala con las manos. Usa un rodillo para lograr un grosor uniforme de unos 5 mm. Recorta los bordes para que quede un cuadrado limpio.
04 -
En un recipiente pequeño, combina el relleno de las galletas con 2 cucharaditas de leche. Mezcla hasta obtener una textura cremosa.
05 -
Distribuye el relleno de forma pareja sobre la masa ya estirada. Enrolla con cuidado formando un cilindro, ayudándote con el plástico si es necesario.
06 -
Si quieres, cubre el rollo con plástico y mételo en el refrigerador por unos 30 minutos para que tome forma. Después, quítale el plástico, corta en trozos pequeños estilo sushi y disfrútalo.