01 -
Divide la mezcla que ya está fría en recipientes pequeños, el número depende de cuántos colores necesites. Añade unas gotas de colorante a cada recipiente y revuelve bien para lograr el color deseado. Si el color no es lo suficientemente vivo, puedes añadir más gotas.
02 -
Bate en un bol grande la nata, leche, azúcar y vainilla hasta que no queden restos de azúcar en los sólidos. Esta mezcla será la base cremosa del helado.
03 -
Tapa el bol y pon la mezcla base en la nevera durante al menos 2 horas o hasta que esté bien fría. Esto ayuda a que el helado quede más suave y fácil de batir después.
04 -
Si tienes una heladera: Sigue las instrucciones del fabricante para batir cada color por separado. Una vez estén listos, ve creando capas en un recipiente apto para congelador. Si quieres un estilo marmoleado, mezcla ligeramente las capas con un cuchillo o palillo. Sin heladera: Vierte cada color en platos planos y colócalos en el congelador. Congela durante 45 minutos y luego remueve con un tenedor o batidor para romper los cristales de hielo. Repite este proceso cada 30 minutos hasta que quede cremoso. Crea las capas coloreadas como se mencionó antes.
05 -
Cubre el recipiente con las capas de helado y congela todo hasta que quede sólido, entre 4 horas o toda la noche. Este paso permite que el helado tenga la consistencia adecuada para servir.
06 -
Sirve el helado con una cuchara en conos o cuencos. Disfruta este postre alegre lleno de color, ideal para fiestas o simplemente para alegrar tu día.