01 -
En un bol grande, mezcla la harina, el pimentón, el ajo en polvo, la sal y un poco de pimienta. Revuelve todo hasta que esté uniforme.
02 -
Añade los dos huevos a tu mezcla seca y remueve hasta que formes una pasta espesa, evitando grumos.
03 -
Vierte la cerveza ligera o el agua mineral con gas y mézclala hasta que obtengas un rebozado suave y homogéneo.
04 -
Llena una sartén con aceite vegetal y caliéntalo a fuego medio-alto. El aceite debe estar caliente pero no llegar a echar humo.
05 -
Sumerge los aros de jalapeño en el rebozado asegurándote de que queden bien cubiertos por todos lados. Hazlo por tandas.
06 -
Fríe los jalapeños rebozados en el aceite caliente, también por tandas, durante 5-6 minutos o hasta que se doren y estén crujientes.
07 -
Retira los jalapeños fritos del aceite y colócalos sobre papel absorbente. Añade un toque de sal mientras aún están calientes.
08 -
Sirve los jalapeños crujientes inmediatamente para que estén en su mejor punto.