01 -
En un tazón grande, mezcla la harina, el polvo para hornear y la sal. Remueve bien con un batidor. Añade el queso cottage ya escurrido y combina todo con un tenedor o espátula hasta que esté bien integrado. La mezcla estará en forma de grumos pequeños.
02 -
Con tus manos, amasa la masa directamente en el tazón hasta que se forme y quede suave pero con una textura ligeramente pegajosa, no adherente. Esto te tomará unos 2 minutos. Debería desprenderse con facilidad de tus manos.
03 -
Divide la masa en 4 porciones iguales. Rueda cada porción en forma de cordón de 2 cm de grosor y une los extremos para hacer un círculo. También puedes hacer una bola, perforarla en el centro y estirarla un poco.
04 -
Pinta los bagels con un poco de huevo batido y espolvorea ambos lados con el aderezo que prefieras.
05 -
Rocía el recipiente de la freidora con aceite para que no se pegue. Coloca los bagels en lotes, dejando suficiente espacio. Cocina a 140°C durante 15 o 16 minutos, hasta que se doren. No es necesario voltearlos. Espera al menos 15 minutos antes de cortarlos.
06 -
Precalienta el horno a 190°C. Cubre una charola con papel para hornear o un tapete de silicona. Si usas papel, rocíalo con aceite para evitar que se peguen. Hornea en la rejilla superior durante 25 minutos. Déjalos enfriar por lo menos 15 minutos antes de cortarlos.