01 -
Pon en un cazo pequeño los calabacines en rodajas, la cebolla picada y 1/4 de cucharadita de sal. Cúbrelos con agua y deja que hierva. Baja el fuego y cocina sin tapar hasta que el calabacín esté tierno pero crujiente, unos 2 minutos. Escurre muy bien para quitar toda el agua.
02 -
En un bol pequeño, bate el huevo con la mayonesa, el azúcar, la pimienta y el 1/4 de cucharadita de sal restante hasta que estén bien mezclados. Añade el queso cheddar rallado y la mezcla de calabacín ya cocinada.
03 -
Calienta el horno a 175°C. Echa la mezcla de calabacín en una fuente de horno engrasada de 2 tazas de capacidad. En un cuenco pequeño, mezcla los copos de maíz con la mantequilla derretida. Esparce esta mezcla por encima de la cazuela de manera uniforme.
04 -
Mete la cazuela destapada en el horno caliente hasta que la parte superior se dore y la mezcla burbujee, aproximadamente 25-30 minutos. Deja que se enfríe un poco antes de servir.