01 -
Enciende el horno en modo gratinar y coloca la parrilla a 15 centímetros de la fuente de calor. Cubre una bandeja con papel aluminio y acomoda los chiles poblanos con el lado cortado hacia abajo.
02 -
Asa los chiles hasta que la piel se queme y se formen ampollas, entre 5 y 8 minutos. Ponlos en un tazón, cúbrelo con plástico y deja que se enfríen al vapor durante 10 minutos.
03 -
Mientras tanto, calienta un sartén grande a fuego medio-alto. Echa la carne molida junto con el chile en polvo, el ajo, el comino, el orégano, la pimienta de cayena, la paprika, el chipotle, la sal y la pimienta. Cocina removiendo hasta que la carne esté dorada y completamente cocida, aproximadamente 4 minutos.
04 -
Incorpora la cebolla picada a la carne y cocina hasta que esté un poco suave, alrededor de 2 minutos. Luego añade el tomate en cubos con sus chiles y cocina hasta que la cebolla quede bien transparente, unos 5 minutos más. Retira del fuego y deja enfriar la mezcla un rato.
05 -
Precalienta el horno normal a 175°C. Rocía ligeramente un recipiente para hornear con aceite en spray.
06 -
Quítale la piel a los poblanos pasándolos bajo agua y luego sécalos con cuidado con papel de cocina. Haz una capa con algunos chiles en el fondo del recipiente para hornear, luego añade un tercio de la mezcla de carne y encima una taza de queso rallado. Repite el mismo proceso dos veces más.
07 -
Mete el recipiente al horno descubierto y hornea hasta que la parte de arriba quede dorada y burbujeante, aproximadamente 35 minutos.