
Estas crujientes de calabacín con queso son un bocado irresistible, crujiente y abundante en sabor, perfectos para calmar antojos sin remordimientos. Preparados simplemente con calabacín rallado y tu queso fundente favorito, ¡estos crujientes se hacen rápido y desaparecen aún más rápido!
Ingredientes
- 1 taza de calabacín rallado: Sirve como base ligera y saludable para los crujientes.
- 1 taza de queso fundible pero firme (Manchego, Idiazábal, Gouda, mezcla de quesos): Da a los crujientes su sabor inconfundible y textura crujiente.
Instrucciones
- Paso 1:
- Coloca un paño de cocina en un cuenco y ralla el calabacín encima. Luego exprime todo el líquido del calabacín. Sé minucioso. Cuanto más seco esté, más crujientes quedarán.
- Paso 2:
- Ralla el queso que prefieras y mézclalo bien con el calabacín seco en otro cuenco.
- Paso 3:
- Forra una bandeja con papel de horno. Forma pequeños montículos de aproximadamente 1 cucharada de la mezcla, dejando bastante espacio entre ellos para que el queso se extienda.
- Paso 4:
- Pon la bandeja en el tercio superior del horno bajo el grill a temperatura baja. No les quites ojo mientras se cocinan.
- Paso 5:
- Cuando los bordes se vuelvan marrones, saca la bandeja del horno. Levanta con cuidado los crujientes tirando del papel y colócalos en una rejilla.
- Paso 6:
- Deja que se enfríen unos minutos, después sepáralos del papel y ponlos en un plato forrado con papel absorbente para quitar la grasa sobrante y hacerlos aún más crujientes.
Consejos para servir y conservar
- Sirve estos crujientes de calabacín tibios como aperitivo o tentempié.
- Combínalos con tu salsa favorita, como tomate casero o alioli, para darles más sabor.
- Guarda las sobras en un recipiente hermético a temperatura ambiente hasta por 2 días. Puedes volver a crujirlos en el horno antes de servir.
- Estos bocados están mejor recién hechos, pero pueden recalentarse bajo el grill por un minuto si pierden su textura.