01 -
Mezcla en un recipiente el zumo de naranja, zumo de limón verde, ajo picado, comino, orégano, chile en polvo, sal gruesa y pimienta negra. Remueve todo bien hasta integrar.
02 -
Coloca la carne de cerdo en la olla lenta con la parte grasa hacia arriba. Vierte el adobo por encima para que quede bien cubierta. Cocina a fuego lento durante 8-10 horas, hasta que la carne esté tan tierna que se deshaga fácilmente.
03 -
Al terminar la cocción, saca la carne, quita la grasa sobrante y los huesos si los tuviera. Desmenuza el cerdo usando dos tenedores y devuélvelo a la olla para que absorba los jugos sabrosos. Reserva.
04 -
Si usas una sandwichera, precaliéntala a temperatura media. Si prefieres una sartén de hierro, ponla a calentar a fuego medio.
05 -
Corta los extremos de cada barra de pan y luego divídelas horizontalmente por la mitad.
06 -
Unta una capa fina de mantequilla en la parte exterior de cada rebanada. En el interior, pon una buena cantidad de mostaza amarilla.
07 -
Sobre las mitades inferiores del pan, coloca capas de queso Emmental, jamón cocido, cerdo desmenuzado, pepinillos y otra capa de queso. Tapa con la mitad superior del pan. Repite hasta armar todos los sándwiches.
08 -
Pon los sándwiches en la sandwichera precalentada y baja la tapa. Cocina por 3-5 minutos hasta que el pan esté dorado y crujiente, y el queso se derrita. Continúa con el resto de sándwiches.
09 -
Coloca el sándwich en la sartén caliente. Presiona con otra sartén pesada o un ladrillo envuelto en papel aluminio. Cocina 2-3 minutos por cada lado, presionando bien, hasta conseguir un pan dorado y crujiente con el queso derretido. Repite con los demás sándwiches.
10 -
Corta los sándwiches por la mitad y sírvelos. Van genial con unas patatas fritas o ensalada fresca y pepinillos adicionales. ¡A disfrutar!