01 -
Pon el horno a calentar a 190°C. Unta una fuente de hornear de 33x23 cm con mantequilla o aceite en spray.
02 -
Hierve los macarrones en abundante agua con sal hasta que queden al dente, siguiendo las instrucciones del paquete. Escúrrelos y déjalos aparte.
03 -
En la misma olla, derrite la mantequilla a fuego medio. Añade la cebolla y el ajo picados, y cocínalos hasta que se ablanden, unos 3-4 minutos.
04 -
Incorpora la harina y cocina durante 1-2 minutos más, hasta que tome un color dorado y desprenda aroma.
05 -
Vierte poco a poco la leche y la nata, removiendo constantemente para evitar grumos. Deja que la mezcla espese, aproximadamente 5-7 minutos.
06 -
Añade la nuez moscada y pimienta negra recién molida a la salsa, ajustando al gusto.
07 -
Agrega las espinacas escurridas, el queso cheddar rallado y el queso manchego hasta que se derritan completamente. Si quieres, añade la mostaza en polvo para darle más sabor.
08 -
Mezcla los macarrones cocidos con la salsa de queso hasta que queden bien cubiertos.
09 -
Pasa toda la mezcla a la fuente de hornear preparada, extendiéndola de manera uniforme.
10 -
Si te apetece un toque crujiente, esparce el pan rallado uniformemente por encima.
11 -
Mete la fuente en el horno precalentado durante 25-30 minutos, hasta que la superficie esté dorada y la salsa burbujee.
12 -
Saca del horno y deja reposar unos minutos antes de servir. ¡A disfrutar de estos deliciosos macarrones con espinacas y queso!