01 -
Coloca el arroz, el caldo de pollo y los ajos picados en una olla mediana. Lleva a ebullición a fuego alto y luego reduce el fuego al mínimo.
02 -
Tapa y cocina por 15-20 minutos, o hasta que el arroz esté suave y haya absorbido todo el líquido.
03 -
Apaga el fuego y mezcla el queso parmesano con el arroz caliente.
04 -
Corrige el sazón del arroz con sal y pimienta según prefieras.
05 -
Espolvorea sal y pimienta sobre las tiras de pollo, asegurándote de sazonarlas uniformemente.
06 -
En una sartén grande, calienta el aceite de oliva a fuego medio-alto. Cocina las tiras de pollo durante aproximadamente 3-4 minutos por lado, hasta que estén doradas y bien cocidas.
07 -
Saca las tiras de pollo de la sartén y ponlas a un lado.
08 -
En la misma sartén, cocina el ajo picado por un minuto hasta que libere su aroma, sin dejar que se queme.
09 -
Vierte el caldo de pollo, el jugo de limón y el vino blanco (si decides usarlo), y raspa el fondo de la sartén para incorporar los sabores.
10 -
Deja que la mezcla hierva y se cocine por unos 3-4 minutos, hasta que el líquido se reduzca un poco.
11 -
Incorpora la mantequilla poco a poco, revolviendo hasta que se derrita completamente y quede una salsa uniforme.
12 -
Regresa las tiras de pollo a la sartén y mézclalas con la salsa asegurándote de que queden cubiertas completamente.
13 -
Divide el arroz en platos y coloca el pollo encima. Vierte un poco de salsa sobre el pollo y el arroz, y decora con perejil fresco picado. ¡A disfrutar!