01 -
Limpia bien las frutas. No las peles, pero elimina los núcleos de las peras y las ciruelas. Córtalas en trozos grandes y colócalas en una cazuela amplia.
02 -
Limpia y esteriliza los frascos donde guardarás la mermelada.
03 -
Coloca un pequeño plato en el congelador para luego verificar si la mermelada tiene la textura deseada.
04 -
Añade el azúcar a las frutas en la cazuela y mézclalo todo hasta que esté bien combinado.
05 -
Lleva las frutas con el azúcar a ebullición fuerte. Añade las especias: anís estrellado, cardamomo abierto y canela.
06 -
Baja el fuego y deja que se cocine a fuego lento durante unos 30 minutos. Remueve ocasionalmente hasta que la mezcla espese. La temperatura ideal para que la mermelada esté lista es de 105°C.
07 -
Pon una gota de mermelada caliente en el plato congelado. Si no se dispersa y se solidifica rápido, está lista.
08 -
Saca las especias de la mezcla. Usa una batidora de mano para triturar la mermelada al nivel de suavidad que prefieras.
09 -
Vierte la mermelada en los frascos esterilizados llenándolos hasta el borde.
10 -
Añade una gota de ron o tequila en las tapas de los frascos para ayudar a preservar la mermelada.
11 -
Tapa herméticamente los frascos y colócalos boca abajo mientras aún están calientes para sellarlos al vacío. Déjalos en esa posición durante 24 horas.
12 -
Escribe el nombre y la fecha en los frascos. Guárdalos en un sitio fresco y seco. Una vez abiertos, refrigéralos.