01 -
Alimenta tu masa madre entre 6 y 12 horas antes de empezar a hornear para que esté bien activa y burbujeante. Si tu cocina está cálida (unos 24°C), necesitarás unas 6 horas; si es fresca (18-20°C), serán unas 12 horas.
02 -
En un tazón grande, combina harina de pan, cacao, azúcar y sal. Agrega el agua tibia y la masa madre, y mezcla todo hasta que no quede harina seca. Cubre el tazón y deja reposar por 20 minutos para que la harina absorba el agua y relaje el gluten.
03 -
Moja ligeramente tus manos para que la masa no se pegue. Estira y aplana un poco la masa, añadiendo las chispas de chocolate y las cerezas poco a poco. Usa estiramientos y dobleces para incorporarlas en 4 rondas, descansando 20 minutos entre cada una.
04 -
Cubre la masa y deja que crezca hasta casi duplicar su tamaño. Debes notar burbujas de fermentación visibles. Este paso puede tardar entre 4 y 12 horas, dependiendo de la temperatura ambiente y la fuerza de tu masa madre.
05 -
Dale forma a la masa como un pan, colócala en un banneton espolvoreado con harina de arroz con la costura hacia arriba y refrigera durante toda la noche (12-16 horas).
06 -
Precalienta una olla tipo cocotte a 230°C. Haz un corte en la parte superior del pan, agrega los cubos de hielo para generar vapor y hornea con la tapa puesta por 45 minutos. Si quieres un color más oscuro en la corteza, hornea 5 minutos más sin la tapa.
07 -
Deja que el pan se enfríe por completo en una rejilla, de 2 a 4 horas, antes de cortarlo y disfrutarlo.