01 -
Pon el horno a calentar a 220°C (425°F) y coloca papel para hornear encima de una bandeja grande.
02 -
Lava bien las papas y cuécelas en agua con sal durante 15-20 minutos, hasta que al pincharlas estén suaves. Escúrrelas y déjalas secar al aire por unos 5 minutos.
03 -
Coloca las papas cocidas en la bandeja preparada. Con un machacador de papas o el fondo de un vaso resistente, aplasta cada papa hasta que quede de unos 6 mm de grosor. Déjalas secar un poco más por otros 5 minutos.
04 -
Pinta las papas aplastadas con la mantequilla derretida y espolvorea sal, ajo en polvo y pimienta. Mételas al horno por 20 minutos, voltea las papas con cuidado y hornéalas otros 20 minutos.
05 -
Saca las papas del horno y ponles encima los jalapeños picados. Luego, reparte el queso cheddar rallado uniformemente sobre todas las papas.
06 -
Vuelve a meter las papas al horno por unos 3-5 minutos más, hasta que el queso se haya derretido completamente.
07 -
En un bol pequeño, mezcla la crema ácida, las especias ranch y el jalapeño en polvo. Remueve bien hasta que quede homogéneo.
08 -
Sirve las papas aplastadas con el dip de jalapeño ranch y disfruta.