01 -
Mezcla la harina, la levadura y el paquete de mezcla para pastel en un recipiente grande. Agrega el agua tibia y bate a velocidad media por 2 minutos. Cambia al gancho amasador y añade poco a poco el resto de la harina hasta que obtengas una masa suave (estará pegajosa). Coloca la masa en un tazón engrasado, dale la vuelta para cubrirla de grasa. Cubre y deja reposar en un lugar cálido alrededor de hora y media, o hasta que haya duplicado su tamaño.
02 -
En un recipiente, mezcla bien la canela junto con el azúcar mascabado.
03 -
Engrasa un molde rectangular de 23x33 cm con mantequilla o aerosol de cocina.
04 -
Con un rodillo, estira la masa sobre una superficie ligeramente enharinada. Forma un rectángulo de aproximadamente 40 cm de largo, 30 cm de ancho y 6 mm de grosor. Extiende la mantequilla derretida de forma uniforme sobre la masa, luego espolvorea la mezcla de azúcar y canela.
05 -
Con cuidado, enrolla la masa empezando desde el lado más largo hasta llegar al extremo contrario. Corta el rollo en rebanadas de aproximadamente 4 cm de grosor. Colócalas en el molde engrasado. Cubre el molde y deja reposar unos 30 minutos o hasta que los rollos hayan crecido al doble de su tamaño.
06 -
Precalienta el horno a 175°C. Hornea los rollos durante 20 minutos o hasta que estén doraditos.
07 -
Mientras los rollos están en el horno, bate todos los ingredientes del glaseado con una batidora eléctrica hasta que quede esponjoso y suave.
08 -
Cuando los rollos salgan del horno, ponles generosamente el glaseado mientras aún están calientes.