
Las galletas húmedas de menta y chocolate sin hornear son un dulce perfecto para cualquier momento. Estas galletas achocolatadas y jugosas llevan una capa de crema de menta y una cobertura de ganache de chocolate, creando una mezcla increíble de sabores y texturas. Si buscas un postre fácil para sorprender a tus invitados o algo rápido para calmar tu antojo de dulce, estas galletas sin hornear son perfectas. Con ingredientes básicos y pasos sencillos, puedes preparar un lote en poco tiempo y disfrutar del delicioso sabor a menta y chocolate.
Ingredientes
Para las Galletas
- 125 g de mantequilla
- 2 tazas de azúcar blanca
- 125 g de cacao puro en polvo
- 125 ml de leche
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- 1/2 cucharadita de sal
- 3 1/2 tazas de copos de avena instantánea
- 2 1/2 tazas de coco rallado sin azúcar
Para la Cobertura de Menta
- 125 g de mantequilla (a temperatura ambiente)
- 1 1/2 tazas de azúcar glas
- 1 cucharada de leche
- 1/2 cucharadita de esencia de menta
- Colorante alimentario verde
Para el Ganache
- 200 g de chispas de chocolate negro
- 1 cucharada de leche
- 1 cucharada de mantequilla
La mezcla de ingredientes en esta receta logra un equilibrio genial entre dulzura y textura. Los copos de avena y el coco rallado dan una base masticable, mientras el cacao añade un intenso sabor a chocolate. La cobertura de menta ofrece un contraste refrescante, y el ganache de chocolate añade el toque final de puro placer.
Preparación
Prepara las Bandejas
Cubre 2 bandejas con papel encerado para evitar que las galletas se peguen y sean fáciles de quitar cuando estén listas.
Elabora la Base de las Galletas
En una olla grande, junta la mantequilla, el azúcar, el cacao y la leche. Remueve constantemente a fuego medio-alto hasta que la mezcla empiece a hervir. Cuando hierva, sigue removiendo y déjala burbujear 1-2 minutos para asegurar que el azúcar se disuelva completamente y la mezcla quede suave.
Aparta la olla del fuego y añade la vainilla y la sal. Incorpora los copos de avena y el coco rallado, mezclando hasta que todo esté bien integrado. Esta mezcla formará la base de tus galletas.
Con una cuchara o un moldeador de galletas, coloca 24 porciones de la mezcla sobre las bandejas preparadas con papel encerado. Mete las bandejas en la nevera y deja enfriar las galletas hasta que estén firmes, unos 20-30 minutos.
Prepara la Cobertura de Menta
Mientras las galletas se enfrían, prepara la cobertura de menta. En una batidora (o con una batidora manual), bate la mantequilla a temperatura ambiente hasta que esté suave y cremosa. Agrega poco a poco el azúcar glas y la leche, batiendo hasta conseguir una mezcla ligera y esponjosa.
Añade la esencia de menta y unas gotas de colorante verde a la mezcla. Bate hasta que el color esté repartido uniformemente y ajusta la consistencia con más azúcar glas o leche si es necesario. La cobertura debe ser untable pero no demasiado líquida.
Saca las galletas de la nevera y unta una buena cantidad de cobertura de menta encima de cada una. Devuelve las galletas cubiertas a la nevera para que la cobertura se asiente.
Prepara el Ganache
En una ollita, mezcla las chispas de chocolate, la leche y la mantequilla a fuego muy bajo. Remueve sin parar hasta que el chocolate se derrita y la mezcla quede suave. Este proceso debe hacerse lentamente para evitar que el chocolate se queme.
Cuando el ganache esté suave, retíralo del fuego y déjalo enfriar 5-10 minutos. Extiende el ganache sobre las galletas cubiertas y ya frías. El ganache debería cuajar rápidamente, pero puedes meter las galletas otra vez en la nevera para acelerar el proceso.
Consejos para Servir y Conservar
Estas galletas húmedas de menta y chocolate sin hornear se disfrutan mejor bien frías, recién sacadas de la nevera. Su textura rica y jugosa combina de maravilla con un café caliente o un vaso de leche fría. Sírvelas en una bandeja decorativa para una presentación elegante, perfectas para cualquier mesa de postres o celebración especial.
Para guardar estas galletas, mantenlas en un recipiente hermético en la nevera hasta una semana. Como son algo pegajosas, coloca papel encerado entre las galletas para evitar que se peguen entre sí. Si quieres conservarlas más tiempo, puedes congelarlas hasta tres meses. Simplemente descongélalas en la nevera antes de servirlas.