
Este Manicotti Cremoso y Facilito es pura comida reconfortante, ideal para noches tranquilas o cenas familiares importantes. La mezcla del suave queso ricota, el mozzarella derretido y la salsa de tomate ácida convierte este platillo en el favorito de los amantes del queso.
Ingredientes
- Pasta de Manicotti: 8 tubos, cocidos según instrucciones del empaque, luego enfriados y secados sobre papel vegetal.
- Salsa de Tomate: 720 ml, usa tu sabor preferido, dividida.
- Queso Ricota: 425 g, suave y cremoso.
- Queso Mozzarella: 2 tazas rallado, y un poco más para cubrir si quieres.
- Queso Parmesano: 1/2 taza rallado, le da un sabor a nuez.
- Huevos: 2 grandes, ayudan a unir el relleno.
- Perejil Fresco: 2 cucharadas picado, y más para decorar, aporta frescura.
- Sal: 1/2 cucharadita, al gusto.
- Pimienta Negra: 1/4 cucharadita, al gusto.
Instrucciones
- Paso 1:
- Calienta el horno a 175°C. Empieza preparando los tubos de manicotti. Cocínalos en una olla grande con agua salada hasta que queden al dente, ya que si se pasan se pueden romper al rellenarlos. Cuando estén listos, escúrrelos con cuidado y ponlos sobre papel vegetal para que se enfríen y sequen. Este paso es clave para que no se peguen y sea más fácil rellenarlos.
- Paso 2:
- Mientras la pasta se enfría, prepara el relleno de queso. En un bol grande, junta 425 g de queso ricota, 2 tazas de mozzarella rallado, 1/2 taza de parmesano rallado, 2 huevos grandes, 2 cucharadas de perejil fresco picado, 1/2 cucharadita de sal y 1/4 de cucharadita de pimienta negra. Mezcla todo hasta que quede bien integrado y suave. Esta mezcla debe quedar cremosa y sabrosa, formando el rico centro de tu manicotti.
- Paso 3:
- Ahora, arma el plato. Esparce una capa delgada de salsa de tomate (como la mitad del total) en el fondo de una fuente para horno de 23x33 cm que hayas engrasado ligeramente. Esta capa de salsa evita que la pasta se pegue y añade humedad durante la cocción.
- Paso 4:
- Rellena los tubos de manicotti con la mezcla de queso. Puedes usar una cucharita, tus dedos o una manga pastelera. Si usas cuchara o dedos, mete con cuidado el relleno por un extremo del tubo, luego gira y rellena por el otro lado para asegurarte que quede completamente lleno. Con manga pastelera, corta la punta y rellena los tubos. Ten cuidado de no llenarlos demasiado, ya que el queso se expandirá durante el horneado.
- Paso 5:
- Coloca los manicotti rellenos en una sola capa sobre la salsa en la fuente. Vierte el resto de la salsa de tomate uniformemente encima. Asegúrate que cada pieza esté bien cubierta, esto ayudará a mantener la pasta jugosa y sabrosa.
- Paso 6:
- Tapa la fuente con papel aluminio, sellando bien los bordes para mantener la humedad. Hornea por 40 minutos. Este tiempo permite que los sabores se mezclen y asegura que la pasta esté bien cocida.
- Paso 7:
- Pasados los 40 minutos, quita el papel aluminio y espolvorea más queso mozzarella rallado por encima, si quieres. Vuelve a meter al horno destapado por 5-10 minutos más, o hasta que el queso se derrita y burbujee. Si te gusta la parte de arriba crujiente, puedes gratinar unos minutos, vigilando que no se queme.
- Paso 8:
- Al terminar, saca la fuente del horno y déjala reposar unos minutos. Esto permite que el relleno de queso se asiente un poco, facilitando el servir. Decora con perejil picado extra para darle un toque fresco antes de servir.
Consejos para servir y guardar
Para la mejor experiencia, sirve los Manicotti Cremosos recién salidos del horno, cuando el queso todavía está caliente y derretido. Este plato combina perfecto con una ensalada verde simple y pan de ajo, para una comida completa y satisfactoria. Para añadir frescura y color, decora con perejil picado adicional o un poco de queso parmesano recién rallado.
Si te sobra, deja que los manicotti se enfríen a temperatura ambiente antes de guardarlos. Ponlos en un recipiente hermético y mételo a la nevera. El plato puede conservarse en la nevera hasta 3-4 días. Para recalentar, simplemente tapa los manicotti con papel aluminio y hornea en un horno precalentado a 175°C hasta que estén calientes, unos 20-25 minutos. Para una opción más rápida, puedes calentar porciones individuales en el microondas.
Si prefieres congelar los manicotti, es mejor hacerlo antes de hornearlos. Arma el plato como indican las instrucciones, pero no lo hornees. En su lugar, cubre los manicotti sin hornear bien apretados con film transparente y luego con papel aluminio. Etiqueta con fecha y congela hasta por 2 meses. Cuando quieras hornearlos, quita el film, cúbrelos con aluminio y hornea desde congelados, añadiendo 15-20 minutos extra al tiempo de cocción.