
Ingredientes
- Sal gorda: Resalta todos los sabores y asegura que cada albóndiga esté bien sazonada.
- Carne molida de res: Es la base principal, le da cuerpo y jugosidad a la mezcla. Elige carne con algo de grasa para que no queden secas al asarlas.
- Ajo en polvo: Da ese fondo sabroso sin tapar el resto de ingredientes.
- Leche: Sirve para remojar los nachos triturados y ayuda a que queden suaves por dentro.
- Pimentón: Esa pizca ahumada y dulzona que hace que combinen con el sabor de la parrilla.
- Jalapeños frescos: Picados y con o sin semillas según te guste el picante. Si quieres que no pique tanto, ponle menos o retira las semillas.
- Queso Cheddar: Trozos pequeños de cheddar que se funden por dentro y dan cremosidad con cada bocado.
- Nachos o totopos triturados: Aportan textura y ayudan a unir la mezcla, además de un toque a maíz genial con el picante del jalapeño.
Preparación
- Paso 6:
- Cuando ya estén listas por dentro, saca las albóndigas de la parrilla y espera unos minutos antes de servirlas. Disfrútalas con tus guarniciones favoritas.
- Paso 5:
- Pon las albóndigas en la parte menos caliente del asador, lejos del fuego directo. Cierra la tapa y déjalas cocer entre 25 y 35 minutos, dándoles vuelta de vez en cuando, hasta que lleguen a 74°C por dentro.
- Paso 4:
- Enciende la parrilla y prepara zonas de calor fuerte y suave. Si usas carbón, apílalo de un lado. Si es de gas, prende solo la mitad. Mantén la temperatura media, unos 175-190°C.
- Paso 3:
- Toma porciones de la mezcla—como ⅓ o ½ taza—y dale forma de bolita. Colócalas en un plato o charola. Sigue igual hasta acabar la mezcla. Mételas al refri media hora para que queden firmes antes de llevarlas a la parrilla.
- Paso 2:
- Ahora integra la carne, el jalapeño picado, el queso cheddar, el pimentón, el ajo en polvo y la sal. Mezcla todo con ganas para que el queso y el chile queden bien repartidos.
- Paso 1:
- En un bowl grande, une los nachos triturados con la leche y deja que se empapen unos 10 minutos. Así quedarán súper suaves las albóndigas.
Cómo servirlas y guardarlas
- Congelar: Si prefieres guardar antes de cocinarlas, congélalas primero en una charola sin que se toquen. Ya que estén sólidas, pásalas a una bolsa sellada. Sácalas un día antes y déjalas descongelar en el refri antes de llevarlas al asador.
- Cómo recalentar: Si sobran, mételas al horno a 175°C unos 10 minutos o hasta que estén bien calientes otra vez.
- Guardar: Guárdalas en un recipiente tapado en la nevera hasta tres días sin problema.
- Servir: Recién salidas de la parrilla es como más ricas están, ya sea como plato principal con verduras asadas o como botana para tu próxima carne asada. Van de lujo con salsa, guacamole o un dip de tu gusto.
Consejos útiles
- Nivel de picante: Si te va lo picante, deja las semillas de los jalapeños o ponle un poco de cayena. ¿Prefieres suave? Menos chile o sin semillas.
- Opciones de queso: El cheddar le queda perfecto, pero prueba con mozzarella si te gusta más suave, o queso tipo manchego si tienes a la mano.
- Tip para el asador: Si no quieres que se te caiga el queso y haga chorreadero, pon papel aluminio debajo en la zona fría del asador. Eso hace la limpieza más fácil.
Trucos de chefs famosos
- El chef Bryan le pone un chorrito de salsa inglesa para intensificar el sabor y resaltar la carne.
- La chef Lisa sugiere acompañarlas con un poco de mayonesa de chipotle o con un dip cremoso de jalapeño para darles otro giro.
- El chef Tony recomienda usar calor indirecto en la parrilla. Así quedan doraditas por fuera y suaves por dentro, sin que se te pasen de cocción.